El cine latinoamericano tuvo una buena jornada en el cierre del Festival de Berlín, con el premio de la prensa acreditada para la película colombiana El vuelco del cangrejo, y el doble galardón, a coproduccción anglo-brasileña Waste Land, que ganó reconocimientos de la organización humanitaria Amnistía Internacional y del público de la sección Panorama.
La Escuela también participó en Berlín.
El filme colombiano El vuelco del cangrejo, de Oscar Ruiz Navia, atrajo la atención del jurado de la crítica internacional (FIPRESCI), que lo premió como el mejor de la reseña Foro del Cine Joven. El filme lleva dirección de arte de la estudiante de primer año Marcela Gómez Montoya.
Y aunque no hubiera recibido premios, el cine latinoamericano impresionó por la calidad y variedad de sus representantes, entre las cuales se incluyeron las argentinas Natalia Smirnoff (quien ha ejercido labores docentes en la Escuela) y Anahí Berneri, la primera con su opera prima Rompecabezas, y la segunda con Por tu culpa, su segunda aparición en la Berlinale después de la ópera prima Un año sin amor, que le valió en 2005 el premio Teddy al mejor filme homosexual.
Los brasileños también ocuparon con fuerza la sección Panorama y la Generación 14Plus, con Besouro, debut en el largometraje del multipremiado director publicitario Joao Daniel Tikhomiroff; Bróder!, de Jefferson De, ejemplo de Dogma-Feijoada que sigue a un grupo de amigos paulistas, y Fucking Different Sao Paulo, de doce cineastas que cruzan sus miradas sobre la homosexualidad femenina y masculina. Así mismo, con Os famosos e os duendes da morte de Esmir Filho, sobre un adolescente fanático de Bobby Dylan que se hace llamar Tangerine Man.
México fue la atracción de un día con Revolución, que llevó a Berlín a diez cineastas jóvenes del país que presentaron su visión de lo que representa en la actualidad la Revolución Mexicana, y Alamar, canto a la naturaleza del debutante Pedro González Rubio.
Este año, la Berlinale invitó a países con escasa producción, raramente presentes en los festivales, como Paraguay (Cuchillo de palo, de Renate Costa), Bolivia (Zona sur, de Juan Carlos Valdivia), Perú (el corto El segundo amanecer de la ceguera de Mauricio Franco Tosso) y Colombia (Retratos en un mar de mentiras de Carlos Gaviria).
En cuanto a los premios del jurado oficial, el drama turco Bal (Miel) ganó el sábado de manera inesperada el codiciado Oso de Oro a la mejor película del Festival de Cine de Berlín, donde Roman Polanski fue elegido mejor director. La película es la última parte de la trilogía del director Semih Kaplanoglu, que comenzó con Süt (Leche) y Yumurta (Huevo).
The Ghost Writer, de Roman Polanski, fue elegida para mejor dirección mientras que la película rumana Eu cand vreau sa fluier, fluier y la rusa Kak ya provel etim letom también se llevaron varios premios. Grigori Dobrygin y Sergei Puskepalis compartieron el galardón al mejor actor por su participación en la cinta rusa, rodada en el Ártico y que cuenta la historia de dos trabajadores de una remota estación climática completamente aislados del mundo exterior.
La Escuela también tomó parte en el Talent Campus, adonde viajaron egresados y estudiantes con vistas a mostrar sus obras y adquirir experiencias. Entre otros, estuvo uno de los autores centroamericanos de Puro Mula, Daneri Gudiel, estudiante de tercer año de producción, quien trabajó en la película como productor y como actor.
La Escuela también participó en Berlín.
El filme colombiano El vuelco del cangrejo, de Oscar Ruiz Navia, atrajo la atención del jurado de la crítica internacional (FIPRESCI), que lo premió como el mejor de la reseña Foro del Cine Joven. El filme lleva dirección de arte de la estudiante de primer año Marcela Gómez Montoya.
Y aunque no hubiera recibido premios, el cine latinoamericano impresionó por la calidad y variedad de sus representantes, entre las cuales se incluyeron las argentinas Natalia Smirnoff (quien ha ejercido labores docentes en la Escuela) y Anahí Berneri, la primera con su opera prima Rompecabezas, y la segunda con Por tu culpa, su segunda aparición en la Berlinale después de la ópera prima Un año sin amor, que le valió en 2005 el premio Teddy al mejor filme homosexual.
Los brasileños también ocuparon con fuerza la sección Panorama y la Generación 14Plus, con Besouro, debut en el largometraje del multipremiado director publicitario Joao Daniel Tikhomiroff; Bróder!, de Jefferson De, ejemplo de Dogma-Feijoada que sigue a un grupo de amigos paulistas, y Fucking Different Sao Paulo, de doce cineastas que cruzan sus miradas sobre la homosexualidad femenina y masculina. Así mismo, con Os famosos e os duendes da morte de Esmir Filho, sobre un adolescente fanático de Bobby Dylan que se hace llamar Tangerine Man.
México fue la atracción de un día con Revolución, que llevó a Berlín a diez cineastas jóvenes del país que presentaron su visión de lo que representa en la actualidad la Revolución Mexicana, y Alamar, canto a la naturaleza del debutante Pedro González Rubio.
Este año, la Berlinale invitó a países con escasa producción, raramente presentes en los festivales, como Paraguay (Cuchillo de palo, de Renate Costa), Bolivia (Zona sur, de Juan Carlos Valdivia), Perú (el corto El segundo amanecer de la ceguera de Mauricio Franco Tosso) y Colombia (Retratos en un mar de mentiras de Carlos Gaviria).
En cuanto a los premios del jurado oficial, el drama turco Bal (Miel) ganó el sábado de manera inesperada el codiciado Oso de Oro a la mejor película del Festival de Cine de Berlín, donde Roman Polanski fue elegido mejor director. La película es la última parte de la trilogía del director Semih Kaplanoglu, que comenzó con Süt (Leche) y Yumurta (Huevo).
The Ghost Writer, de Roman Polanski, fue elegida para mejor dirección mientras que la película rumana Eu cand vreau sa fluier, fluier y la rusa Kak ya provel etim letom también se llevaron varios premios. Grigori Dobrygin y Sergei Puskepalis compartieron el galardón al mejor actor por su participación en la cinta rusa, rodada en el Ártico y que cuenta la historia de dos trabajadores de una remota estación climática completamente aislados del mundo exterior.
La Escuela también tomó parte en el Talent Campus, adonde viajaron egresados y estudiantes con vistas a mostrar sus obras y adquirir experiencias. Entre otros, estuvo uno de los autores centroamericanos de Puro Mula, Daneri Gudiel, estudiante de tercer año de producción, quien trabajó en la película como productor y como actor.
fuente: EICTV
