Testimonios. Lo personal se une a lo social
Jorge Abbondanza
La fotografía se ha instalado holgadamente en el panorama de las actividades artísticas montevideanas. Media docena de exposiciones simultáneas permiten comprobar esa presencia y de paso compartir algunos ejemplos de interés.
El minuano Juan Miguel García que expone en La Spezia (Libertad 2479, de lunes a viernes entre 9 y 21 horas) se interna con su cámara en un mundo vegetal y se detiene en el centro de las flores o en el perfil de los tallos, como si buscara con ojo muy sensible explorar la intimidad de esa germinación. Le falta dejar que su tema respire más libremente, ampliando el formato de las obras para no cortar la periferia de cada imagen. Es muy amplia la trayectoria de García, que ha incursionado en teatro y en periodismo, además de desempeñarse como fotógrafo en el ámbito municipal y de haber realizado unas cuantas exposiciones individuales.
En el Centro Cultural de México (25 de Mayo 512) se exhibe una serie de fotografías sobre la vida y la época de Frida Kahlo y Diego Rivera, desde la Revolución Mexicana de 1910 en adelante. La fervorosa actividad política de los dos pintores y las célebres amistades de ambos, asoman en esa hilera de estampas que tienen un elevado interés testimonial, homenajeando de paso una tradición fotográfica que en México ha tenido abundantes artífices, desde Gabriel Figueroa hasta Juan Rulfo.
Por su lado, Nancy Urrutia expone trabajos de carácter social. Consisten en un atrayente relevamiento, casi periodístico, de la faena cotidiana de los operarios en el Mercado Modelo. Esas fotos se muestran en el primer piso del Museo de Arte Precolombino e Indígena (25 de Mayo 279), donde pueden verse de lunes a sábados entre las 13 y las 18.30 horas.
El notorio artista libanés Ayman Trawi [spotlight] a titulado La memoria de Beirut su serie fotográfica sobre la destrucción -y luego la formidable reconstrucción- de la capital de su país, que entre 1975 y 1990 sufrió el sistemático bombardeo de una larga guerra civil y luego los efectos de la metralla israelí, que castigó a Beirut en 1982 pero también en 2006. La muestra consiste en dípticos que eligen sitios de la ciudad, antes y después de la restauración que ha devuelto la vida a un paisaje urbano devastado. Esas fotos pueden verse en paneles al aire libre en el Parque Rodó, al lado de la gran fuente de hierro y frente al Parque Hotel, en un espacio acondicionado por el Centro Municipal de Fotografía[spotlight]. El valor documental de las obras de Ayman Trawi es impactante.
En el Museo Blanes (Avda. Millán 4015, de martes a domingos entre 12 y 18 horas) expone el fotógrafo gallego Manuel Vilariño, una notabilidad que hace dos años obtuvo el Premio Nacional de Fotografía de España. En sus trabajos alternan unas naturalezas muertas de extraordinaria calidad visual, con paisajes donde confluyen la herencia ibérica con la americana e indígena. Algún sesgo surrealista agrega atractivo adicional a esa selección, pero más intenso aún es su enfoque de la actual inmigración africana hacia Europa, en condiciones desoladoras que Vilariño registra como se debe, para que nadie tenga derecho a distraerse de ese drama.
En el Foto Club Uruguayo (Ejido 1444) la joven Ana Inés Maiorano enfoca en blanco y negro el edificio de la Facultad de Ingeniería, obra mayor de Julio Vilamajó, que aparece cuidadosamente recorrido por su cámara. Puede visitarse de lunes a viernes, de 9.30 a 22 horas, y los sábados de 10 a 18.
No corresponde incluir en esa lista las reproducciones del acervo del Museo del Louvre que adornan actualmente la rambla de Pocitos. Esos paneles tienen el moderado mérito de las postales, que sirven como referencia visual y no tienen una función estética o expresiva sino en todo caso una fidelidad mecánica. Creer que esas reproducciones equivalen a un acto de intercambio cultural entre dos países, es exagerar el papel que juega su presencia en Montevideo, similar al que pueden lucir en todo caso las ilustraciones fotográficas de un libro o un almanaque.
fuente: El País Digital
Jorge Abbondanza
La fotografía se ha instalado holgadamente en el panorama de las actividades artísticas montevideanas. Media docena de exposiciones simultáneas permiten comprobar esa presencia y de paso compartir algunos ejemplos de interés.
El minuano Juan Miguel García que expone en La Spezia (Libertad 2479, de lunes a viernes entre 9 y 21 horas) se interna con su cámara en un mundo vegetal y se detiene en el centro de las flores o en el perfil de los tallos, como si buscara con ojo muy sensible explorar la intimidad de esa germinación. Le falta dejar que su tema respire más libremente, ampliando el formato de las obras para no cortar la periferia de cada imagen. Es muy amplia la trayectoria de García, que ha incursionado en teatro y en periodismo, además de desempeñarse como fotógrafo en el ámbito municipal y de haber realizado unas cuantas exposiciones individuales.
En el Centro Cultural de México (25 de Mayo 512) se exhibe una serie de fotografías sobre la vida y la época de Frida Kahlo y Diego Rivera, desde la Revolución Mexicana de 1910 en adelante. La fervorosa actividad política de los dos pintores y las célebres amistades de ambos, asoman en esa hilera de estampas que tienen un elevado interés testimonial, homenajeando de paso una tradición fotográfica que en México ha tenido abundantes artífices, desde Gabriel Figueroa hasta Juan Rulfo.
Por su lado, Nancy Urrutia expone trabajos de carácter social. Consisten en un atrayente relevamiento, casi periodístico, de la faena cotidiana de los operarios en el Mercado Modelo. Esas fotos se muestran en el primer piso del Museo de Arte Precolombino e Indígena (25 de Mayo 279), donde pueden verse de lunes a sábados entre las 13 y las 18.30 horas.
El notorio artista libanés Ayman Trawi [spotlight] a titulado La memoria de Beirut su serie fotográfica sobre la destrucción -y luego la formidable reconstrucción- de la capital de su país, que entre 1975 y 1990 sufrió el sistemático bombardeo de una larga guerra civil y luego los efectos de la metralla israelí, que castigó a Beirut en 1982 pero también en 2006. La muestra consiste en dípticos que eligen sitios de la ciudad, antes y después de la restauración que ha devuelto la vida a un paisaje urbano devastado. Esas fotos pueden verse en paneles al aire libre en el Parque Rodó, al lado de la gran fuente de hierro y frente al Parque Hotel, en un espacio acondicionado por el Centro Municipal de Fotografía[spotlight]. El valor documental de las obras de Ayman Trawi es impactante.
En el Museo Blanes (Avda. Millán 4015, de martes a domingos entre 12 y 18 horas) expone el fotógrafo gallego Manuel Vilariño, una notabilidad que hace dos años obtuvo el Premio Nacional de Fotografía de España. En sus trabajos alternan unas naturalezas muertas de extraordinaria calidad visual, con paisajes donde confluyen la herencia ibérica con la americana e indígena. Algún sesgo surrealista agrega atractivo adicional a esa selección, pero más intenso aún es su enfoque de la actual inmigración africana hacia Europa, en condiciones desoladoras que Vilariño registra como se debe, para que nadie tenga derecho a distraerse de ese drama.
En el Foto Club Uruguayo (Ejido 1444) la joven Ana Inés Maiorano enfoca en blanco y negro el edificio de la Facultad de Ingeniería, obra mayor de Julio Vilamajó, que aparece cuidadosamente recorrido por su cámara. Puede visitarse de lunes a viernes, de 9.30 a 22 horas, y los sábados de 10 a 18.
No corresponde incluir en esa lista las reproducciones del acervo del Museo del Louvre que adornan actualmente la rambla de Pocitos. Esos paneles tienen el moderado mérito de las postales, que sirven como referencia visual y no tienen una función estética o expresiva sino en todo caso una fidelidad mecánica. Creer que esas reproducciones equivalen a un acto de intercambio cultural entre dos países, es exagerar el papel que juega su presencia en Montevideo, similar al que pueden lucir en todo caso las ilustraciones fotográficas de un libro o un almanaque.
fuente: El País Digital