Querida familia: Tengo que hacerles partícipes de momentos difíciles.
Ustedes conocen a Tony Capellán, al ser humano, al artista. Muchos de ustedes han pasado por su casa, que es a su vez su taller. Ese hermosísimo lugar, una azotea transformada en espacio de encuentro y de deleite de la ciudad, está a punto de ser barrido.
La historia es dura, pero pienso -pese al deseo de Tony de no tocar el tema en lo público-, de que las aguas llegan más allá de lo racional y lo permitido. La historia es la siguiente: Los dueños del edificio donde viven Tony y su familia, le ofrecieron a éstos y a los otros inquilinos -la Barra Dumbo-, la adquisición de sus respectivos locales.
En una acción de neblina, contrapuestas a las leyes de arrendamiento, etc., Barra Dumbo adquirió todo el edificio. Eso, pese a que la familia Capellán tiene más de cuarenta años residiendo en ese lugar y haber pagado siempre, puntualmente, su dinero de arrendamiento, y haber aceptado las subidas de alquileres, y tener un negocio como el de Contagio, que por más de veinte años ha ofrecido afiches de arte, aparte de enmarcado.
Aunque los nuevos dueños de Barra Dumbo apenas se han levantado con el santo y la limosna, han lanzado toda una artilllería legal para sacar a la familia.
Particularmente se han ensañado con Tony y su casa, porque ellos entienden que no encaja dentro de su futuro concepto inmobiliario.
Como tienen una batería de abogados y algunos poderes en sus espaldas, Barra Dumbo quiere dar el primer golpe hacia el desalojo de la familia: por un acto de alguacil, exigen que Tony desmantele su casa hasta el próximo lunes 3 de noviembre. Eso es simplemente bestial.
La familia de Tony es la única familia que vive en los alrededores del Parque Independencia. Los dueños de Barra Dumbo no han buscado ningún tipo de diálogo para buscarle una solución pacífica. Esa decisión del juzgado fue tomada mientras Tony estaba fuera del país, así que imagínense el choque.
Les comento todo esto porque pienso que podríamos desarrollar algún tipo de iniciativa para que se le busque una solución negociada y no compulsiva. Barra Dumbo, sin haber solucionado legalmente la cuestión con la familia Capellán, ahora quiere comenzar con su cosmética demoledora: borrar la casa y el estudio de Tony Capellán.
Tal vez algunos amigos abogados nos podrían aconsejar en el tema. Lo importante ahora es ilustrar a los amigos lo que pasa y comenzar a moverse, porque sólo tenemos hasta el lunes para evitar que las mandarrias de Barra Dumbo y los alguaciles borre un espacio tan significativo para todos, el único lugar donde Junot Díaz dice que quiere estar cuando va a Santo Domingo...
Un abrazo a todos.
Les agradecería poner a circular estas líneas entre los amigos de Tony y aquellos que no siéndolo directamente, sienten que sin la familia Capellán los alredores del Parque Independencia estarán definitivamente muertos: con Tele-Micro y la Barra Dumbo como galeones de las devastaciones y el abuso.
Miguel D. Mena
Ustedes conocen a Tony Capellán, al ser humano, al artista. Muchos de ustedes han pasado por su casa, que es a su vez su taller. Ese hermosísimo lugar, una azotea transformada en espacio de encuentro y de deleite de la ciudad, está a punto de ser barrido.
La historia es dura, pero pienso -pese al deseo de Tony de no tocar el tema en lo público-, de que las aguas llegan más allá de lo racional y lo permitido. La historia es la siguiente: Los dueños del edificio donde viven Tony y su familia, le ofrecieron a éstos y a los otros inquilinos -la Barra Dumbo-, la adquisición de sus respectivos locales.
En una acción de neblina, contrapuestas a las leyes de arrendamiento, etc., Barra Dumbo adquirió todo el edificio. Eso, pese a que la familia Capellán tiene más de cuarenta años residiendo en ese lugar y haber pagado siempre, puntualmente, su dinero de arrendamiento, y haber aceptado las subidas de alquileres, y tener un negocio como el de Contagio, que por más de veinte años ha ofrecido afiches de arte, aparte de enmarcado.
Aunque los nuevos dueños de Barra Dumbo apenas se han levantado con el santo y la limosna, han lanzado toda una artilllería legal para sacar a la familia.
Particularmente se han ensañado con Tony y su casa, porque ellos entienden que no encaja dentro de su futuro concepto inmobiliario.
Como tienen una batería de abogados y algunos poderes en sus espaldas, Barra Dumbo quiere dar el primer golpe hacia el desalojo de la familia: por un acto de alguacil, exigen que Tony desmantele su casa hasta el próximo lunes 3 de noviembre. Eso es simplemente bestial.
La familia de Tony es la única familia que vive en los alrededores del Parque Independencia. Los dueños de Barra Dumbo no han buscado ningún tipo de diálogo para buscarle una solución pacífica. Esa decisión del juzgado fue tomada mientras Tony estaba fuera del país, así que imagínense el choque.
Les comento todo esto porque pienso que podríamos desarrollar algún tipo de iniciativa para que se le busque una solución negociada y no compulsiva. Barra Dumbo, sin haber solucionado legalmente la cuestión con la familia Capellán, ahora quiere comenzar con su cosmética demoledora: borrar la casa y el estudio de Tony Capellán.
Tal vez algunos amigos abogados nos podrían aconsejar en el tema. Lo importante ahora es ilustrar a los amigos lo que pasa y comenzar a moverse, porque sólo tenemos hasta el lunes para evitar que las mandarrias de Barra Dumbo y los alguaciles borre un espacio tan significativo para todos, el único lugar donde Junot Díaz dice que quiere estar cuando va a Santo Domingo...
Un abrazo a todos.
Les agradecería poner a circular estas líneas entre los amigos de Tony y aquellos que no siéndolo directamente, sienten que sin la familia Capellán los alredores del Parque Independencia estarán definitivamente muertos: con Tele-Micro y la Barra Dumbo como galeones de las devastaciones y el abuso.
Miguel D. Mena