
Es característico en las pinturas de Ofill, el manejo de paletas monocromáticas las cuales automáticamente nos indican que únicamente lo que vemos es el resultado final de toda una experiencia laboral. No es importante la identidad del personaje, finalmente cualquiera de nosotros podríamos protagonizar alguna de sus pinturas, en definitiva, lo que nos lleva a identificarnos con sus obras son espacios, lugares, edificios, grandes ciudades, industrias, tráfico, característicos en el diario vivir de la clase trabajadora.
En las propias palabras del crítico mexicano José Manuel Springer: -La era del individualismo en la que vivimos, en la que parecería que el sujeto finalmente se ha liberado de los dogmas (religiosos, políticos, estéticos) se ha convertido también en la era de masas de individuos, resultado de la pérdida del poder de la comunidad para regular la vida de los individuos y de la primacía de lo personal sobre colectivo, aspectos que para el artista resultan característicos de las sociedades occidentales, del exagerado pragmatismo y de la ausencia de valores trascendentes.
Las incertidumbres creadas por la lógica del individualismo exacerbado, tienen en la obra de Ofill Echevarría una expresión inequívoca; los seres que retrata son hombres y mujeres que se esfuerzan por construir su individualidad a través de pautas rígidas y rutinas monótonas que reflejan la producción en masa a través de la conducta de masas. La tarea del artista es revelar la estrategia del poder que hace ver la individualidad como privilegio y carácter distintivo de nuestra era.-


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